Las investigaciones por el robo de un millón y medio de pesos en un hotel de Monclova han dado un nuevo giro. Autoridades locales analizan la posible participación de un tercer implicado, además de las dos trabajadoras que ya enfrentan proceso judicial. La línea de investigación surge de nuevos testimonios y revisiones de cámaras de seguridad que podrían evidenciar movimientos no registrados inicialmente.

Hasta ahora, el caso ha estado marcado por denuncias de irregularidades procesales, especialmente en la detención y traslado de las primeras implicadas. La defensa sostiene que no existen pruebas directas y que el monto sustraído sigue sin una justificación clara de procedencia, mientras la Fiscalía insiste en que las pesquisas avanzan conforme a derecho.

Este nuevo ángulo plantea interrogantes sobre la solidez de la acusación inicial y la posibilidad de que el verdadero responsable no haya sido identificado plenamente. En Monclova, el caso ha provocado un debate público sobre el debido proceso y el impacto que situaciones así tienen en la reputación laboral de los acusados.

La justicia no es un rompecabezas que se arme a la fuerza. Cada pieza debe encajar con pruebas y no con conjeturas, porque de ello depende no solo el veredicto, sino la confianza de una comunidad entera en sus instituciones.