El Gobierno de Coahuila informó que avanza la coordinación para concretar el proyecto del tren interurbano que conectará distintos puntos estratégicos del estado. Según autoridades estatales, el plan contempla no solo el transporte de pasajeros, sino también un impulso al movimiento de carga, lo que —aseguran— mejoraría la competitividad regional.

El proyecto se encuentra en etapa de planeación y análisis de viabilidad, con reuniones técnicas entre dependencias estatales, municipios y representantes federales. Aunque aún no se han precisado fechas de inicio ni montos de inversión, las autoridades afirman que la iniciativa es parte de una estrategia para modernizar la infraestructura de transporte y conectar de forma más eficiente a la zona norte y sureste de México.

Pero la memoria colectiva en Coahuila guarda cautela. No es la primera vez que se anuncia un plan de transporte ambicioso: el tren suburbano Torreón–Gómez Palacio–Lerdo quedó archivado por falta de acuerdos; el proyecto del teleférico en Saltillo se desvaneció entre estudios técnicos y cambios de administración; incluso propuestas de modernización ferroviaria para carga en Monclova se han postergado indefinidamente. En todos los casos, las promesas iniciales chocaron con problemas de financiamiento, falta de coordinación o simplemente se diluyeron con el tiempo.

Especialistas en movilidad advierten que el reto no será solo construir las vías y estaciones, sino garantizar la seguridad del servicio, la rentabilidad del proyecto y su conexión con otras rutas ferroviarias.

La idea de un tren interurbano suena prometedora en papel; en la práctica, dependerá de que los planes salgan del escritorio y lleguen a los rieles. La historia reciente de Coahuila enseña que las grandes obras se ganan en dos batallas: en la planeación… y en la voluntad política para no dejarlas a medias.