La acusación de un robo millonario en un hotel de Monclova ha desatado una tormenta de versiones, señalamientos y protestas. En el centro del escándalo está una joven camarera que, según sus familiares, ha sido injustamente señalada como responsable del supuesto hurto de más de 1.7 millones de pesos. Ahora, piden justicia y una investigación a fondo que no se base solo en prejuicios.

La empleada fue detenida luego de que el dueño del hotel reportara la desaparición de una fuerte suma de dinero guardada en su habitación. Sin embargo, la familia de la joven —que trabaja desde hace años en el lugar— asegura que no hay pruebas contundentes y que se le está culpando sin darle oportunidad de defenderse. Argumentan que otros trabajadores, incluso personal administrativo, también tenían acceso al cuarto donde ocurrió el supuesto robo.

El caso ha generado protestas a las afueras de los juzgados de Monclova, donde se exige que no se criminalice a los trabajadores de base sin pruebas firmes. La defensa de la acusada ha solicitado una revisión exhaustiva de cámaras, bitácoras y testimonios, mientras el proceso judicial sigue en curso. El hotel, por su parte, ha mantenido silencio público.

En Monclova, la justicia no puede basarse en corazonadas ni jerarquías. Si hubo un robo, que se pruebe con hechos, no con prejuicios. Porque en un sistema justo, hasta la camarera tiene derecho a la presunción de inocencia.