Tras días de molestias por fugas y baja presión en varios sectores de Frontera, Coahuila, el Sistema Intermunicipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS) concluyó la rehabilitación de la red general en la calle Nicolás Bravo. La obra implicó el reemplazo de tubería dañada que provocaba filtraciones constantes y reclamos vecinales.
La ciudad de Frontera enfrentó durante semanas una problemática cada vez más visible: fugas de agua potable en la colonia Centro que, pese a los reportes ciudadanos, tardaron en atenderse. La más crítica se registró sobre la calle Nicolás Bravo, donde una tubería deteriorada causó afectaciones en la presión del suministro y desperdicio del líquido.
La intervención del SIMAS finalmente dio resultados esta semana, luego de que cuadrillas realizaron labores de reparación que implicaron la sustitución completa de los tramos dañados. El organismo informó que, una vez concluidos los trabajos, el servicio se restableció con normalidad en toda la zona.
Durante los días de intervención, los vecinos reportaron cortes intermitentes, baja presión y acumulación de agua sobre la vía pública. La situación generó inconformidad, especialmente en negocios del área, que vieron afectadas sus operaciones cotidianas.
Aunque la obra se ejecutó sin incidentes mayores, habitantes pidieron mayor previsión y capacidad de respuesta ante fallas en la red, ya que los reportes ciudadanos —según dijeron— habían sido ignorados inicialmente.
El acceso continuo al agua potable no debería ser una batalla vecinal, sino una garantía básica. Las reparaciones son bienvenidas, pero la verdadera eficiencia se mide en prevención, no en remiendos de última hora. Que esta lección quede clara para quienes administran un recurso vital para todos.
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