Las lluvias no solo dejaron calles inundadas y viviendas dañadas: el panorama en el poniente de Torreón llevó al diputado Antonio Attolini a solicitar la declaratoria de zona de desastre. Vecinos exigen respuestas y apoyos, mientras la autoridad federal evalúa la magnitud de los daños y la urgencia de la ayuda.
Las precipitaciones de los últimos días azotaron con especial fuerza colonias como Las Alamedas, El Tajito y Jacarandas. Familias completas pasaron noches enteras sacando agua de sus casas, tratando de salvar lo poco que quedó en pie. Muebles, enseres, ropa y recuerdos fueron arrastrados por el lodo y la corriente. El desamparo crece ante la falta de seguros, apoyos inmediatos y una infraestructura que simplemente colapsó.
Antonio Attolini, diputado federal por la región, recorrió personalmente las zonas más afectadas y documentó daños para respaldar la solicitud formal ante el gobierno federal. La declaratoria de zona de desastre abriría la puerta a fondos de emergencia y programas de apoyo, permitiendo a las familias reconstruir lo perdido y, sobre todo, recuperar la tranquilidad.
Mientras tanto, brigadas municipales y estatales trabajan contra reloj para limpiar calles, restablecer servicios y ofrecer albergue temporal. Sin embargo, los afectados insisten en que la ayuda debe ser más rápida y sostenida: la crisis apenas comienza, y la incertidumbre es total.
Las lluvias extremas no solo exponen la fragilidad de las colonias del poniente de Torreón, sino también la urgencia de repensar la ciudad y su infraestructura. Declarar zona de desastre es un primer paso, pero lo verdaderamente importante es garantizar que las familias no vuelvan a quedar a la deriva. La reconstrucción debe ir de la mano de prevención real y compromiso institucional. Solo así la próxima tormenta encontrará una comunidad menos vulnerable y más unida.
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