Un proceso detenido y muchas dudas en el ambiente jurídico: una magistratura del Poder Judicial Federal en Coahuila quedó vacante luego de que el principal candidato fue descalificado por no cumplir con los requisitos legales. El estado se queda, de momento, sin uno de los cargos clave para impartir justicia.

La noticia se confirmó esta semana: una de las magistraturas del Tribunal Federal de Coahuila, que debía ocuparse en el último periodo de designaciones, permanecerá vacía tras detectarse que el aspirante propuesto no cumplía con los requerimientos de ley. Fuentes judiciales indicaron que el candidato fue eliminado del proceso porque no acreditó la experiencia mínima necesaria para el puesto.

La vacante, considerada estratégica para la impartición de justicia federal en la región, podría afectar el ritmo de resolución de casos y la carga de trabajo del tribunal. Abogados y asociaciones civiles ya advierten que dejar un asiento vacío en el pleno puede traducirse en retrasos y rezagos para quienes esperan sentencias o la resolución de litigios clave.

El Consejo de la Judicatura Federal deberá lanzar una nueva convocatoria y revisar perfiles para evitar repetir errores. Por ahora, el caso es un recordatorio de que los requisitos no son mero trámite: están ahí para garantizar la idoneidad y la confianza en el sistema de justicia.

La vacante en la magistratura federal de Coahuila no solo es una silla vacía: es una alerta sobre la importancia de la transparencia y el rigor en los procesos de selección. Cuando el sistema falla en sus filtros, la justicia puede verse frenada y la confianza pública tambalear. Más que nunca, Coahuila necesita un Poder Judicial robusto, con perfiles a la altura del reto. Ocupar la magistratura, esta vez, no debe ser solo cuestión de cubrir el puesto, sino de fortalecer la justicia que la región merece.