Victoriano Huerta, conocido por su papel en la Decena Trágica y su breve presidencia tras el golpe de Estado en 1913, también dejó una huella en Saltillo que va más allá de su reputación como “El Usurpador”. Nuevos documentos revelan facetas menos conocidas de su vida, incluyendo su afición por el ajedrez y el coñac.
Durante su estancia en Saltillo, Huerta fue fotografiado jugando ajedrez con el teniente coronel Felipe Mier, mostrando una faceta más humana y estratégica de su personalidad. Estas imágenes, junto con relatos de su gusto por el coñac, ofrecen una perspectiva diferente del general que usurpó la presidencia tras la traición a Francisco I. Madero.
Sin embargo, estas nuevas facetas no exculpan sus acciones. Huerta sigue siendo recordado por su brutalidad y falta de escrúpulos en la búsqueda del poder, características que lo llevaron a ser apodado “El Chacal” y “El Traidor”.
El impacto de Huerta en Saltillo también se refleja en la respuesta de Venustiano Carranza, entonces gobernador de Coahuila, quien desde esta ciudad desconoció su gobierno y proclamó el Plan de Guadalupe, marcando el inicio de la lucha constitucionalista.
Estas revelaciones invitan a una reflexión más profunda sobre la complejidad de los personajes históricos y cómo sus acciones y pasiones personales pueden influir en el curso de la historia.
Porque en Saltillo, hasta los traidores dejan huella… y en el tablero de la historia, cada jugada cuenta.
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