Torreón se quedó sin patrullas por unas horas, pero el estado no lo pensó dos veces y mandó refuerzos con todo y cambios en la tropa.
El 28 de abril, elementos de la Policía Municipal de Torreón dijeron “basta” y se fueron a paro, denunciando malos tratos y hostigamiento. El gobernador Manolo Jiménez Salinas no se quedó cruzado de brazos: intervino de inmediato y tomó el control de la seguridad junto a la Federación y las Fuerzas Armadas.
Los mandos del Grupo de Reacción Torreón (GRT) y la Dirección de Seguridad Pública Municipal fueron removidos, y se abrió diálogo directo con los elementos inconformes.
El alcalde Román Alberto Cepeda respaldó la estrategia, buscando calmar el fuego con acuerdos y ajustes internos.
Mientras tanto, las patrullas volvieron a rodar bajo nuevas órdenes.
“La seguridad de Torreón es y será siempre nuestra prioridad”, aseguró Manolo Jiménez Salinas, gobernador de Coahuila.
Cuando la tropa se planta, el gobierno responde con botas bien puestas.
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