Un hombre fue hallado sin vida en un rancho ubicado en la carretera Monclova–Candela, luego de haber llegado “cabizbajo” a su jornada laboral. El caso conmocionó a compañeros y familiares, y revive la preocupación por la salud mental en entornos rurales.
La jornada inició como cualquier otra en el rancho de la carretera Monclova–Candela, pero Daniel —de unos 40 años— llegó diferente. Sus compañeros notaron que estaba callado, apagado, como si algo lo pesara. Horas después, la escena cambió drásticamente: fue encontrado sin vida en una de las bodegas del predio.
Aunque las autoridades no revelaron mayores detalles, se presume que se trató de un suicidio. El hallazgo movilizó a la Fiscalía General del Estado y a los servicios forenses, quienes realizaron el levantamiento del cuerpo para su análisis correspondiente. La familia fue notificada poco después.
Según testigos, Daniel no había expresado abiertamente algún conflicto, aunque algunos dijeron haberlo notado “más serio” en días recientes. Como ocurre en tantos casos, las señales fueron sutiles, o quizás pasaron desapercibidas.
Este hecho se suma a una serie de casos similares que han sacudido a Coahuila en semanas recientes, especialmente en la región Centro. Psicólogos y autoridades han advertido sobre el aumento de casos de depresión no atendida, particularmente entre trabajadores del campo, adultos jóvenes y personas en situación de soledad.
A veces, el mayor grito de auxilio es el silencio. Daniel no pidió ayuda. Solo llegó triste… y se fue. La salud mental sigue siendo una deuda pendiente en nuestras comunidades rurales. Hablar puede salvar una vida, pero para eso primero hay que aprender a escuchar.
Comments are closed