Lo que empezó como un acto de solidaridad terminó en tragedia en el cruce de avenida Ocampo y bulevar Diagonal Reforma de Torreón. “Tato”, de 45 años, empleado de mantenimiento en un centro comercial cercano, murió tras intervenir para defender a vendedores de gorditas que estaban siendo insultados por un hombre en situación de calle. Hasta ahora se ha comprobado que su intervención buscaba calmar la situación; todavía no está claro si el agresor será detenido.
El presunto responsable usó un arma blanca para herirlo en el tórax. Pese a que testigos intentaron auxiliarlo, “Tato” falleció en el sitio. La Fiscalía General de Coahuila activó un operativo; peritos recabaron evidencias y el cuerpo fue trasladado al Semefo para investigación judicial.
La muerte del guardia conmovió a comerciantes y transeúntes. Su gesto, sencillo pero valiente, evidencia una grieta creciente en la seguridad comunitaria y la falta de protección para quienes actúan en defensa de otros. La ciudadanía tiene ahora la responsabilidad de exigir mayor prevención, capacitación y espacios seguros para la convivencia pública.
Este episodio nos recuerda que el valor no tiene filtro ni lugar. Honramos a quienes se entregan por los demás, y exigimos que el Estado actúe con prontitud, justicia y, sobre todo, prevención. Cada vida merece respeto, cada intervención social debe fortalecerse, no castigarse.














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