Mientras la ciudad duerme o se resguarda de la lluvia, hay quienes arriesgan todo bajo las calles. Joshua Santa Fe, trabajador del área de Servicios Públicos, revela que destapar alcantarillas en Torreón es una labor tan peligrosa como ingrata: gases, basura y riesgo de accidentes acompañan a diario a quienes mantienen la ciudad a flote.
En temporada de lluvias, el peligro se multiplica. Joshua y sus compañeros deben abrir tapas de registro con el agua corriendo, sin saber si una corriente los arrastrará, si habrá animales muertos, vidrios rotos o gases tóxicos. La visibilidad es mínima, los olores son intensos y el miedo, muchas veces, va por dentro. “Es un trabajo desagradable, pero alguien tiene que hacerlo”, reconoce Joshua.
Los riesgos no son solo físicos: la exposición a aguas negras y sustancias químicas sin protección adecuada puede generar enfermedades graves. Además, el personal suele enfrentarse a la impaciencia y reclamos de la ciudadanía, que pocas veces reconoce la importancia de su labor.
A pesar de las dificultades, los trabajadores insisten en su responsabilidad. Piden a la gente no tirar basura ni escombros en la vía pública, pues los desechos son la principal causa de taponamientos y, por ende, de inundaciones y accidentes.
Destapar alcantarillas puede parecer un trabajo invisible, pero es esencial para la vida urbana. La próxima vez que cruces una calle sin charcos o veas correr el agua después de la lluvia, piensa en quienes arriesgan su salud y su vida bajo tus pies. Valorarlos y cuidarlos es, también, cuidar nuestra ciudad.














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