Una joven de 22 años, con embarazo avanzado, fue dada de alta en un hospital de Ciudad Acuña apenas unas horas antes de perder la vida. La noticia ha conmocionado a la comunidad y ha reavivado el debate sobre la calidad y los protocolos de atención médica en la región.
De acuerdo con los primeros reportes, la mujer había acudido al hospital con síntomas que, según familiares, ameritaban vigilancia. Sin embargo, tras la revisión médica, fue enviada a casa. Horas más tarde, su condición empeoró y ya no fue posible salvarla. La causa exacta del fallecimiento está bajo investigación, mientras la familia exige explicaciones claras.
Este caso, más allá del dolor personal, pone en evidencia la necesidad urgente de revisar los criterios de alta hospitalaria, sobre todo en pacientes vulnerables como embarazadas. La confianza en el sistema de salud depende de que cada decisión médica esté respaldada por diagnósticos precisos, seguimiento adecuado y responsabilidad institucional.














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