Un escolta del diputado local Antonio Flores, del Partido del Trabajo, arrolló a un motociclista en Múzquiz, causándole fracturas graves. La reacción del equipo legislativo y el intento de evadir responsabilidades avivaron la indignación ciudadana y pusieron al legislador en el centro de la polémica.
Antonio Flores, diputado local del PT por la región Carbonífera, enfrenta una creciente presión pública luego de que uno de sus escoltas protagonizara un accidente en Múzquiz. El vehículo oficial que lo acompañaba arrolló a un motociclista que terminó hospitalizado con múltiples fracturas en extremidades. El hecho no solo fue grave por el impacto físico, sino por la actitud de los involucrados tras el accidente.
Testigos aseguran que el escolta intentó abandonar el lugar sin brindar ayuda, mientras se identificaba como parte del equipo de un legislador. Este detalle encendió las alarmas sobre el uso discrecional del poder y el temor a que el caso sea minimizado por tratarse de un servidor público con fuero.
Las críticas no tardaron en llegar. Ciudadanos, organizaciones locales y usuarios en redes sociales reclamaron que el diputado diera la cara, exigieron sanciones claras y que se transparente el uso de escoltas y vehículos oficiales en funciones no justificadas. Hasta ahora, Antonio Flores no ha emitido una postura pública contundente, lo que ha avivado el malestar.
El Congreso local, por su parte, tampoco ha anunciado una revisión del caso o de los protocolos de uso de recursos públicos por parte de sus integrantes. Mientras tanto, la familia del joven lesionado exige atención médica integral y justicia sin privilegios.
El fuero no debe ser escudo frente al dolor ajeno. Cuando un legislador guarda silencio ante un abuso cometido por su equipo, el mensaje es claro: su investidura importa más que la vida del ciudadano. Coahuila no puede permitirse representantes ausentes cuando el clamor es justicia.
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